"La verdad es que no sabemos que más hacer" habría declarado un alto directivo de un famoso monopolio de transporte urbano de pasajeros de Bariloche. Más tarde habría agregado: "mirá que subimos el boleto, les quisimos sacar el boleto secundario a los privados, les empezamos a cobrar una barbaridad a los turistas, cada tanto nos olvidamos de devolverle el vuelto a los gringos y así y todo, nada, la gente sigue queriendo viajar toda amontonada". Al parecer una fuente vinculada al jardinero de contador del monopolio en cuestión habría explicado que la estrategía de la compañía para solucionar el colapso en el servicio habría sido la suba indiscriminada de tarifas pero que al parecer "a la gente le gustaría tanto viajar en condiciones que rozan lo patético que de todos modos harían un esfuerzo extra para pagar más y seguir viajando igual de mal que antes".
Por su parte, los representantes de una conocida empresa de Buenos Aires con aspiraciones a monopolizar el mercado barilochense habrían expresado que ellos también podrían brindar un servicio igualmente caro, con escasa frecuencia y con similares atrasos en el pago de los salarios. "Pensamos que la gente tal vez querría un servicio mejor, lo cual no es difícil, pero no nos caben dudas de que también podríamos ofrecer uno aún peor si fuera necesario", habrían declarado desde la blanquiroja empeza de transportes.
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Amontonados. Así es como les gustaría viajar a los/as usuarios/as de transporte urbano en Bariloche.
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